domingo, 14 de junio de 2009

HOMENAJE a María Ester Romero

ENTRAÑABLE COMPAÑERA Y AMIGA E INCANSABLE LUCHADORA

Nos regalaste tu testimonio en vida y tu eterna juventud y fuerza para que lucháramos por cambiar el modelo de sociedad patriarcal. Vimos en tus ojos transparentes y sinceros la esperanza que depositabas en cada uno de los que te rodeábamos.

Siempre estarás en el recuerdo de quiénes te vimos defender a los más necesitados, de quiénes fuimos testigos de tus obras literarias – tus poesías -, de quiénes te sentimos y compartimos tantas jornadas de trabajo, de participación y de quiénes te sentimos una aliada, una socia en la dura lucha por prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres.

Se fue Maria Esther (Romero) –la abuela de tantos y tantas -, un ser entrañable, una mujer valiosa, que jamás bajó los brazos ante las dificultades y que siempre, pero siempre puso su cuerpo para pelear contra las causas injustas.
Abuela, compañera y amiga, sentiremos siempre tu presencia en cada espacio de la Vecinal 13 de marzo, en cada plaza donde haya mujeres, niños y jóvenes disfrutando del espacio, en las abuelas de plaza de mayo, en la poesía, en los comedores.






Conocí a la Abuela hace más de 10 años. Fue en una reunión de la Vecinal 13 de marzo. Maria Esther fue una permanente colaboradora de la vecinal. Una mujer muy sensible. Jamás sus problemas de movilidad fueron una dificultad para que se detuviera en la lucha de lo que creía que debía modificarse y siempre fue un aliento permanente a los jóvenes – especialmente a las mujeres jóvenes – para que no bajáramos los brazos y para que nos sintiéramos la esperanza de los cambios que tienen que llegar.

Se afilió al Partido Socialista en el año 1999. Y desde entonces ninguna elección la tuvo ausente en las mesas de fiscalización. Siempre presente acompañó todas las acciones del Partido en la seccional 19. Jamás faltó a un acto y siempre contagió a quiénes conocía de su espíritu luchador desalentando todo tipo de divisiones y de peleas sin sentido.

Para Carlos, (Carlitos) su hijo y luz de sus ojos- la Abuela se va, pero no muere, su espíritu, sus sueños y su fuerza se quedan dejando tras de sí una trayectoria de compromiso social y público como lección para el futuro. Ella vivirá siempre en cada reunión, en cada caminata, en cada plaza, en las esperanzas de cada niño, de cada joven y sobre todo en las esperanzas de las mujeres que luchan por una sociedad sin violencia y sin discriminaciones.

06 de junio de 2009