domingo, 8 de marzo de 2009

8 DE MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER



"Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional."

(Declaración y Programa de Acción de Viena, parte I, párrafo 18)

Es inevitable para mí conmemorar un nuevo Día internacional de la Mujer, sin recordar a aquella gran Mujer que fue Alicia Moreau. Una de las mujeres más destacadas en la búsqueda de los derechos cívicos de las mujeres argentinas a principio de siglo. Que se manifestaba de esta manera: "Siempre creí que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el destino cambiaría. Recuerdo los barrios obreros de esta ciudad cuando llegábamos con las banderas rojas, y la gente se iba reuniendo y se iban logrando cosas. Cuando el partido socialista era una parte linda de la vida. Cuando las mujeres nos juntamos por primera vez y empezamos a pelear por nosotras...".

El origen del 8 de marzo tiene muchas versiones. Y más allá de cuál efectivamente haya sido, siempre estuvo vinculado a la lucha de las mujeres obreras de principios de siglo por mejores condiciones laborales y a la lucha de las mujeres por el derecho al voto. Con el tiempo y a partir de que Naciones Unidas en 1975 lo declarara como fecha universal, el 8 de marzo se constituye en un día de conmemoración, de reflexión y de lucha por el derecho de las mujeres a la igualdad. Y cada vez más las mujeres queremos "la mitad del cielo, la mitad de la tierra y la mitad del poder" y esto es así porque ya hemos ganado el derecho a exigirlo y con el transcurrir del tiempo a partir de ciertas acciones (que hay que lucharlas y ganarlas, porque nadie te regala nada) algunas conquistas se fueron logrando.

Pero quedan aún los temas más dolorosos, porque se cobran muchas muertes diarias y fundamentalmente de mujeres pobres, como son las mujeres que anualmente mueres producto de causas evitables, como el aborto en condiciones inseguras, como la violencia que sigue y continúa fuertemente operando hacia el interior de los hogares. Una violencia que es contra la mujer y que se da por las condiciones desiguales de poder. En este país hablamos y condenamos con mucha fuerza la inseguridad de las calles pero nos cuesta reconocer la inseguridad que miles de mujeres viven en el interior de su hogar. Los abusos sexuales, las violaciones que el 98% de los casos provienen de un señor querido, amado por las niñas y niños (siempre es alguien de la familia).

En nuestra sociedad todavía, el reparto de tareas tiene un componente sexual, de forma que el espacio público, el del trabajo, el del poder y las relaciones se les atribuye a los hombres, mientras que a las mujeres se les reserva el ámbito doméstico: el cuidado del hogar y de la familia. Ahora las mujeres nos hemos ido incorporando a la esfera pública, pero sin abandonar la doméstica, porque siguen siendo las responsables de la atención de la familia y del cuidado del hogar, y no tienen apenas tiempo para la esfera privada, la del ocio, el deporte, la formación… De esta forma, los hombres siguen en la esfera pública, mantienen su esfera privada y se resisten a incorporarse al ámbito de lo doméstico. Esa realidad produce una sobrecarga en las mujeres, con dobles o incluso triples jornadas laborales.

Quiero terminar pensando que está bueno poder mirar el "medio vaso lleno" pero hay que continuar bregando por el "medio vaso vacío" sobretodo porque existen situaciones de injusticia que se cobran vidas y porque definitivamente debe darse el gran cambio cultural para que no exista más discriminación, que en el caso de la mujer se da por el simple hecho de ser mujer.