En tono irónico, el libro de Ingrid Beck y Paula Rodríguez, plantea soluciones a problemas frecuentes como encontrar posiciones que permitan amamantar y al mismo tiempo "alcanzar el control remoto".
Por Paula Kearney
Para todas las mujeres que hoy festejan por primera vez su día, el viernes se presentó en los Altos de Librería Ross la primera Guía (Inútil) Para Madres Primerizas. ¿Qué función tiene? "ninguna", reconoció Ingrid Beck, una de sus autoras -madre y periodista- mientras que su amiga y coautora Paula Rodríguez -también madre y periodista- explicó que la aclaración es sólo "un acto de honestidad" ante un libro cuyo primer objetivo es "profesional", ya que teniendo en cuenta que consideran que "toda la bibliografía sobre maternidad es inútil" y que "hasta que no te van pasando las cosas todo lo que te dicen de afuera en general no sirve para nada más que para complicarte la vida", el objetivo del libro era por una parte "escribir sobre el tema en un tono que no había sido explorado", y por otra parte "que no se entienda siempre al humor hacia mujeres como un humor light o quejoso, sino hacer un libro de humor y decir también lo que pensamos".
De este modo, la Guía presenta soluciones a problemas frecuentes como encontrar posiciones que te permitan amamantar y al mismo tiempo "alcanzar el control remoto" o "pasearte con el bebé en brazo y teta izquierdos mientras con el derecho buscas una bola de fraile en el paquete de facturas que te trajeron a la tarde tus amigas" porque "Dios existe: todavía hay gente que piensa en vos en este mundo", o bien lograr que el niño te haga el "enorme favor" de dormirse, o por qué no "inventar algo" para no "morir de embole" cuando "todas sus necesidades básicas están satisfechas" y "no hay nada que hacer", e incluso "ver qué se hace" con ese "señor con el que antes tenías sexo".
Queda claro entonces, una vez más, que "todo lo que se puede hablar sobre maternidad es inútil y esto también", ríe Beck calificando al libro como "un aporte a la inutilidad general", aunque aclara que "detrás del humor queda algo de información sobre cómo vemos a la mujer, a la mujer madre, a la mujer trabajadora", y recuerda que "la mayoría de literatura sobre maternidad es sobre cómo criar a tu hijo, cómo dormir a tu hijo, y lo real es que vos sabés cómo criar a tu hijo, o lo vas descubriendo".
En este sentido, Rodríguez subrayó que "en realidad hay mucha información disfrazada", y explicó que "al estar escrito como la parodia de un manual, los capítulos no son el desarrollo de experiencias personales sino que se plantean las situaciones y las soluciones, que en general llevan al disparate o al absurdo", porque "con la maternidad se oculta la ideología", y en los planteos sobre la maternidad "es como que fuera una cosa sobre la cual no hay distintas opiniones y distintas formas de ver el mundo".
"Lo que hacemos con este libro es responder desde nuestra mirada a algunos lugares comunes que circulan sobre la maternidad", marcó Beck y Rodríguez ejemplificó: "cuando te dicen que el chico no tiene que estar tanto tiempo upa porque se va a acostumbrar, qué importa si total hasta los veinte años no va a estar en brazos".
Sin embargo, en tono más serio -aunque con el humor a flor de piel- aclaró: "hay cosas que no queríamos expresar: una es quejarse de los hijos, porque no es hacer un libro sobre `¡ay! estos chicos que trabajo que nos dan', en todo caso es sobre `¡este mundo que trabajo que nos da! Que ganas de joder mientras estamos criando a nuestros hijos".
Si bien la Guía en primer lugar "es para mujeres que acaban de parir, que de golpe se encuentran con un peceto que llora, y para papás primerizos también porque ayuda a entender el proceso que está viviendo la mujer", es a su vez "un libro de humor que lo ha leído un montón de gente y se ha divertido, aunque sin terminar de entender que muchas de esas cosas pasan de verdad", dijo Beck.
Por último -o podría ser primero- "es un acompañamiento durante el puerperio como si fuera una amiga que te hace chistes respecto de lo que te está pasando", sintetizó Beck, al tiempo que Rodríguez reconoció que "es un poco catártico", y Beck reconoció entre risas: "nos reímos mucho de nosotras mismas al hacerlo. Cuando no estábamos llorando tratábamos de reírnos".
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